Redacción. Madrid
El Instituto Catalán de Farmacología señala en su último boletín que para conseguir una mejor prescripción de medicamentos hay que impulsar decididamente la selección de los mismos en el conjunto del SNS, prohibir la actividad comercial en los centros del SNS y establecer sistemas de información sobre medicamentos y terapéutica propios del SNS. Además, ve necesario que la formación continuada sea desarrollada al margen de la industria farmacéutica y sin interferencias comerciales y desarrollar una cultura de evaluación de los resultados en salud.
Joan-Ramon Laporte, director del boletín.
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Los autores del informe señalan que en “Cataluña el gasto en medicamentos equivale a un 25 a 30 por ciento del gasto público en salud. Esta proporción es considerablemente más alta que las de los países de nuestro entorno”, por lo que consideran que “la prescripción de medicamentos puede ser más saludable de lo que es ahora”.
Estos expertos se quejan de que se apruebe la financiación de medicamentos nuevos más caros que sus análogos “sin experiencia de uso y con poco o nulo valor terapéutico añadido”, por lo que no terminan de entender que al mismo tiempo los prescriptores “seamos presionados para limitar nuestras prescripciones”.
El boletín recoge que generalmente, “las medidas de reducción de los precios de los medicamentos como las aplicadas a partir del 1 de julio de 2010, y otra vez a partir de noviembre de 2011, que dan lugar a una reducción del gasto, se siguen de un incremento del número de recetas (2,7 por ciento), probablemente a consecuencia de una presión comercial para prescribir más”.
También consideran que las meras innovaciones comerciales, basadas sobre todo en nuevos fármacos ‘yo también’, nuevas formulaciones farmacéuticas, presentaciones, cambios de vía de administración y combinaciones a dosis fijas “sobrecargan considerablemente la factura de medicamentos del sistema de salud, sin añadir ventajas demostrables −basadas en pruebas obtenidas en ensayos clínicos comparativos− sobre sus congéneres más antiguos”.
Apoyo institucional
Aseguran, además, que el precio de los medicamentos no tiene relación con su valor terapéutico y que el SNS no puede hacer recaer la responsabilidad de la selección de medicamentos en el médico. “Con la cantidad de fármacos comercializados, es imposible para un solo profesional, o incluso para un equipo, mantenerse al día sobre las novedades relativas a eficacia, efectos adversos y costes”, por lo que, a su juicio, si el SNS seleccionara los medicamentos que financia siguiendo otros criterios, “descargaría considerablemente al médico de esta responsabilidad”.
Los autores del Boletín destacan como elemento clave el apoyo institucional a la selección de medicamentos que reúnan las mejores garantías de efectividad, seguridad y eficiencia: “La constitución de Comités Farmacoterapéuticos (CFT) permite canalizar el apoyo técnico a los médicos, tanto de atención primaria como de hospital, así como garantizar su participación en la toma de decisiones institucionales”.
Otro de los puntos que subrayan en el boletín es que “en el sistema de salud es habitual la difusión de mensajes comerciales” y que “mientras no se corrija esta grave deficiencia, el sistema de salud no tendrá autonomía clínica para decidir en función de las necesidades de los pacientes, y no según las necesidades del mercado”.
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